Escrito por
Daniel Granados
Pienso, hablo y luego existo
“Pienso luego existo”. La famosa
frase de René Descartes que revoluciono no solo la filosofía sino también, el
pensamiento humano. Dicho enunciado buscaba dudar de todo, incluso de la propia
existencia; sin embargo, al darse cuenta de la propia significa que se estando
pensado, luego se llega a la conclusión de que ese humano existe. ¿Pero será que
esa frase es correcta? ¿Primero hay que pensar para existir?
El 29 de octubre, se realizó una
conferencia en el Hotel Royal Park, con el nombre de Encuentro Internacional de
Radio. La temática era simple, los manejos de los medios en la sociedad. Pero,
lo realmente importante y lo que capto mi atención, fue una frase del locutor de Radio Nederland y
conferencista de ese día, Alberto Sierra; “René Descartes se equivocó”.
Después de escuchar esa pequeña
oración, preste toda mi atención al conferencista. “Estaba loco” pensé, sin
embargo, justificó lo que sería un sacrilegio para los filósofos con argumentos
netamente comunicativos.
“Pienso y luego existo está mal. ¡Debería
ser hablo y luego existo!, decía Sierra exaltado, justificando, que las
personas que no se comunican de ninguna manera, no existen en la sociedad.
En parte tiene razón; pero, ¿Solo
por comunicar existes, así este mal lo que se informa?; por ejemplo, en el caso
de los periodistas no creo que aplique. Si alguna vez damos mal o mentimos en
alguna información nuestra carrera término, en el mundo de la comunicación dejaríamos
de existir.
Con el merecido respeto que
merecen los personajes ya nombrados, podrían combinarse sus frases en una sola,
algo como ´Pienso, hablo y luego existo´. ¿Por qué?, bueno; hablar puede
hacerlo cualquiera; pero con sentido muy pocos, ahí entra el pensamiento
(razonamiento) el cual se encarga de formar nuestras ideas, luego hablas para
expresarlas y si es algo valido o lógico existes o no. Quiero aclarar, que esta
es una idea filosófica de mi parte, que puede aplicarse o no a la realidad
cotidiana.
Por mi parte, pienso que el solo
hecho de tener un cuerpo no es suficiente para existir, hay que usar el don de
la palabra, ese que nos hace únicos e irrepetibles ante otros. Eso sí, primero
pensar en lo que se dice, esto no solo aplica para la filosofía o los medios de
comunicación, es para todo tipo de vida que lleve el ser humano.
No está obligado a usarlo; pero
cuando este en una situación en la cual deba destacar, recuerde “Pienso, hablo
y luego existo”.
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